A finales de noviembre de 1940, los funcionarios judíos en los Países Bajos son despedidos. Los judíos que trabajan para el gobierno, la policía, los tribunales de justicia y los maestros pierden sus empleos. Estos despidos se llevan adelante bajo la orden de los ocupantes nazis.
Un mes antes, todos los funcionarios neerlandeses deben firmar una «declaración aria.» En esta juraban ser o no judíos. Así sus jefes pueden saber a quienes despedir. Casi todos los funcionarios firmaron dicha declaración.
Algunos no judíos protestan contra los despidos. El profesor Rudolph Cleveringa da un discurso el 26 de noviembre de 1940, en el cual expresa su desacuerdo contra el despido de sus colegas en la Universidad de Leiden. El discurso es tan emocionante que se dispersa, en forma secreta, por los Países Bajos en unos pocos días. Y es por ello, que los nazis encarcelan a Cleveringa, durante ocho meses, en la prisión nazi de Scheveningen, conocida como Oranjehotel. Este profesor inspira a numerosos estudiantes a llevar adelante actos de resistencia. En algunas instituciones educativas se declaran huelgas y varias iglesias se suman también a las protestas. Pero la medida no se revierte.