Como líder de las escuadras de protección nazi SS, Heinrich Himmler estuvo involucrado en innumerables crímenes de guerra. El asesinato de judíos, romaníes y sintis y opositores políticos ocurrieron bajo su responsabilidad.
En abril de 1945, cuando la guerra estaba ya casi terminando, Himmler intenta evitar su castigo, negociando con los aliados. A cambio de la rendición nazi, quiere inmunidad. Los aliados se niegan al trato y lo ponen en la lista de los criminales de guerra más buscados.
Himmler, por lo tanto, toma una identidad falsa. El 22 de mayo de 1945, soldados británicos lo detienen en un control fronterizo. Su nuevo reluciente pasaporte y su comportamiento nervioso lo delatan. Himmler es enviado a un campo de detenidos para ser interrogado. Al día siguiente, da a conocer su verdadera identidad. Durante un chequeo médico muerde repentinamente una cápsula de cianuro que llevaba oculta en su boca. Un cuarto de hora más tarde, fallece a causa del veneno. Su cuerpo está enterrado en una tumba anónima en el brezal de Lüneburgo.