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Un día en la Casa de atrás

Ana Frank ha estado 761 días en la Casa de Atrás. Aunque no todos los días son iguales, hay una cierta rutina en la vida en la Casa de atrás. En base al diario de Ana y algunos de sus cuentos se puede reconstruir un día de semana y un domingo en la Casa de atrás.

La mañana

A las 6:45 h suena el despertador del matrimonio van Pels. Hermann van Pels pone el agua para preparar el té y va al baño. Después de quince minutos, el baño vuelve a estar libre y es el turno de Fritz Pfeffer. Ana se levanta y retira las pantallas que cubren las ventanas. Uno por uno, los escondidos utilizan el cuarto de baño.

A las 8:30 h comienza una media hora muy peligrosa. Los mozos del almacén comienzan su día de trabajo, mientras que los protectores aun no llegan a la oficina. Cualquier sonido de los escondidos es peligroso, porque el almacén queda justo bajo del escondite y el personal del almacén no tiene conocimiento de los escondidos. 

A las 9 h, los protectores llegan a trabajar en la oficina, en la parte superior del almacén. Los escondidos caminan en calcetines y todavía deben hacerlo sigilosamente, pero un ruido desde arriba despierta menos sospechas en el almacén. El resto de la mañana se dedica a la lectura y aprendizaje y los preparativos para el almuerzo.

La pausa del almuerzo

A las 12:30 h los mozos del almacén se retiran a sus casa para almorzar. Los protectores y los escondidos pueden distenderse.  A las 12:45 h los protectores van a la Casa de atrás a almorzar. Por lo general, Johannes Kleiman, Victor Kugler y Bep Voskuijl. Al principio, el padre de Bep, Johan Voskuijl también asiste a menudo. Jan Gies (el marido de Miep) también almuerza regularmente, aunque trabaja en otro lugar de la ciudad.

Por lo general, Miep permanece en la oficina para vigilar todo. Para los escondidos, es agradable ver otras caras y escuchar las últimas noticias de la ciudad. A las 13 h se enciende la radio con las noticias de la BBC. A partir de 13:15 h se come; A las 13:45 h los protectores vuelven al trabajo.

La tarde

En cuanto los escondidos han recogido todo, para la mayoría de ellos es hora de retirarse a una siesta. Ana utiliza ese tiempo para estudiar o escribir. Alrededor de las cuatro de la tarde es hora de tomar un café y desde ese momento comienzan los preparativos para la cena.

A las 17:30 h los mozos del almacén terminan su trabajo y vuelven a sus hogares. La protectora Bep Voskuijl suele pasar por el escondite a preguntar si todavía necesitan algo. Ella también cena regularmente ahí. Cuando regresa a su casa a las 17:45 h, los escondidos ya no tienen la obligación de quedarse en la Casa de atrás y se dispersan por toda la propiedad.

La noche

Hermann van Pels revisa el correo del día, Peter van Pels recoge el pan que se deposita en la oficina, Otto Frank escribe cartas de negocios en la máquina de escribir, Margot y Ana hacen tareas administrativas y Auguste van Pels y Edith Frank cocinan la cena.

Después de la cena todavía hay tiempo para un poco de lectura, hablar y escuchar la radio. A partir de las 21 h comienzan los preparativos para la noche. Algunos muebles tienen que ser movidos, por ejemplo en la habitación del matrimonio van Pels. Al igual que en la mañana, los escondidos utilizan uno por uno el cuarto de baño.

Todos los días, en cuanto el sol se pone, deben oscurecer las ventanas. Cuando eso  ocurre, la Casa de atrás se torna silenciosa. A la mañana siguiente, el despertador sonará de nuevo a las 6:45 h excepto los domingos.

El domingo en la Casa de atrás

Un domingo en la Casa de atrás se vive en un ritmo completamente diferente y está marcado por "fregar, barrer y lavar", así es como Ana lo describe en su cuento "Domingo". Los escondidos van levantándose lentamente. El primero en levantarse es Fritz Pfeffer, a las 8 h se va primero al baño. Los van Pels le siguen. En uno de los "proyectos de escritura" de Ana se puede apreciar cómo Fritz Pfeffer ora durante quince minutos. "Si no cierro los ojos, me marearé" A partir de las 10:15 h, es el turno de los Frank.

El desayuno comienza el domingo a las 11:30 h. Después de tres cuartos de hora, todos se ponen a trabajar: limpiar alfombras, lavar la ropa y colgarla, hacer las camas.

Una extensa siesta

Después de un breve descanso, en el que escuchan las últimas noticias, continúan las tareas de limpieza y poner todo en orden hasta las dos de la tarde, aproximadamente. Después de las noticias, un programa de música y café, es hora de una extensa siesta. A partir de las 14 h se dormirá por un par de horas. Ana no entiende “por qué los adultos siempre tienen que dormir aquí”.

‘¡Sal, airea y ríe!’

El día más miserable de la semana

Para Ana es el día más miserable de la semana. "Divago de una habitación a otra, subo y bajo las escaleras de nuevo y se siente como un pájaro cantor, que sus alas han sido muy astutamente arrancadas y en una completa oscuridad vuela contra los barrotes de su estrecha jaula. "¡Sal, airea y ríe!" grita desde dentro de mí . Ni siquiera contesto más, me siento en un diván y duermo para acortar el tiempo, el silencio, el miedo terrible, también, porque no están muertos.

Por la noche, se escucha un concierto de radio para la cena. Después de comer y fregar, Ana está "muy alegre", porque entonces ya se ha terminado otro domingo aburrido en la Casa de atrás.